El edificio de forma compacta se organiza en dos plantas y aprovechando al máximo la buena orientación. El programa funcional de la vivienda se distribuye: en planta baja donde encontramos la cocina, el comedor-salón, un baño, una habitación y espacio de almacenamiento. En la primera planta, se sitúan dos habitaciones más y la habitación principal con una terraza orientada a sur.
La distribución del programa garantiza el mejor provecho de las vistas que ofrece el contexto montañoso sin alterar la privacidad, y el aprovechamiento más grande posible de los recursos naturales del clima. La vivienda dispone también de un porche, que hará de transición desde el espacio interior hacia el jardín. Para salvar el desnivel de la calle al jardín, la planta baja se adaptará a la topografía existente para facilitar el acceso al jardín.
Se busca una combinación de materiales de bajo impacto ambiental que facilitan la difusión del vapor de agua y que aseguran la estanqueidad al aire y al viento. La estructura, mediante entramado de madera ligero y un sistema de aislamiento exterior de los cierres, minimiza las pérdidas energéticas, protegiendo de los efectos del viento y evitando problemas de desconfort, moho o condensaciones durante todo el año.
El edificio se está auditando para conseguir el certificado Passivhaus.